Cada vez son más las personas que se acercan a pedirnos una pequeña
ayuda. Empieza a ser habitual ver personas de tercera edad sin techo o
en condiciones de penumbra, sin familia, abandonados por las
instituciones después de cotizar a lo largo de su vida. Resulta
preocupante que la juventud española, más preocupada de rescatar a Dios
sabe quién, pase por delante de esta gente
sin mostrar un mínimo de empatía o humanidad. Cuando son nuestros
compatriotas quien lo pasan mal nadie muestra preocupación por ello, sin
embargo, cuando se trata de pobres inmigrantes o refugiados el aluvión
de citaciones en prensa, me gustas y compartidos se multiplica por 100
llegando a todo el mundo. Simplemente es puro postureo disfrazado de
solidaridad, ganando el me gusta fácil o ser como los demás quieran que
seas evitando que te tachen de una cosa u otra.