Desde que nacemos estamos irremediablemente predestinados a tener que elegir. Al principio, elegimos entre nuestras preferencias más terrenales e instintivas. Más tarde, con el peso del aprendizaje, seleccionamos a nuestras amistades y vamos moldeando nuestro sentido de pertenencia. Por último, en la etapa madura, nos vemos obligados a elegir entre la vida cómoda al amparo de la perversión materialista y terrenal, o la vida espiritual al servicio de una idea.

Fer era de estos últimos. Con un corazón puro y una fe inquebrantable en aquello en lo que creía, renunció siempre a la vida cómoda a cuenta de la militancia activa.
Sería una gravísima
afrenta para su memoria que su marcha repentina a los luceros nos
impida continuar el proyecto de Patria con el que él, una vez soñó.
Que la cosecha que siembra tu pérdida, camarada y amigo, nos de fuerzas para seguir manteniendo alzada la bandera que siempre defendiste.
FERNANDO M. BURGOS PRESENTE.
Que la cosecha que siembra tu pérdida, camarada y amigo, nos de fuerzas para seguir manteniendo alzada la bandera que siempre defendiste.
FERNANDO M. BURGOS PRESENTE.